El incremento de la esperanza de vida ha traido consigo el crecimiento exponencial de muchas enfermedades crónicas, muchas de las cuales hace 2 decadas eran menos incidentes en la practica diaria, sin duda en el ambito cardiológico la fibrilacion auricular representa una de ellas, si consideramos que en el grupo de mayores de 80 años está presente en mas del 10%.
El paradigma de la anticoagulación ha superado la evidencia del tiempo y no existe hoy por hoy dudas que en pacientes con indices de riesgo intermedio o alto la necesidad de anticoagular es indiscutible, incluso en escenarios que antes eran considerados de alto riesgo, en este aspecto el advenimiento de los anticoagulantes directos (hasta hace poco llamados nuevos) han representado una mejoría en la facilitación del manejo y seguimiento de estos pacientes sin la necesidad de estudios de sangre periódicos o estricto seguimiento de interacciones medicamentosas tan frecuentes en el manejo de los anticoagulantes clásicos (dicumarinicos).
El manejo de la arritmia per se, es decir el como seguir la evolución de la propia enfermedad es sin duda el reto mayor que nos trajo el siglo xx, desde la disyuntiva “control de frecuencia vs control del ritmo” de principios de los años 2000 y todos los estudios que en su momento mostraron similitud en ambos manejos; a los noveles estudios de la ultima decada donde la posibilidad de “curación” a través de la radiofrecuencia o crioablación (calor vs frio), nos indican que en determinadas poblaciones como los pacientes que estan desarrollando insuficiencia cardiaca el hecho de mantener ritmo sinusal representa una importante diferencia, no solo en sintomas si no sobre todo en sobrevida lo cual es un fuerte aliciente para estimular mas a recurrir a su debido tiempo a metodos invasivos de curación, sin que esto pueda representar una “hipertrofia” en el número de indicaciones y siempre con la racionalidad que las últimas guias de manejo aun mantienen en cuanto a cual pudiera ser el momento de hacerlo, con la novedad que la última guia permite el “discutir” con el paciente cual pudiera ser ese mejor momento.
Considero que al ser esta enfermedad tan altamente prevalente se debe insistir mucho en la comunidad médica con respecto a su precoz diagnóstico y por lo tanto tratamiento, si consideramos que es la segunda causa de enfermedad cerebro vascular actual y que en edades avanzadas cursa en muchas ocasiones de manera asintomática, el pesquizaje de las mismas debe ser cada vez mayor, pues esta es la única manera de conseguir disminución de su incidencia, la tecnología actual representa igualmente una herramienta fundamental, considerando que hemos evolucionado de sistemas de registro de corto alcance como los monitores holter de 24 horas a otros de mayor duración, 48 horas, 72 horas, una semana, etc o los sistemas de registro continuo como holter implantables (loop recorder) o los dispositivos “weareables” como relojes inteligentes (smartwatches) con capacidad no solo de alertar frecuencias elevadas si no de registrar los mismos a través de una derivación de ecg donde es facilmente distinguible la presencia de esta arritmia, el futuro del mejor manejo de esta frecuente patología se encuentra sin dudas en estos dispositivos.
No quisiera terminar este corto escrito sin recordarle a los pacientes que la percepción de los latidos del corazón no suele ser algo “normal” y que ante la presencia de esto se debe de acudir de forma rápida a la atención de un facultativo y a los colegas que no minimicemos a la fibrilación auricular y todos los alcances que la misma le puede traer a la salud de nuestros pacientes.
Dr. Jorge Luis Arbaiza Simon
Cardiólogo – Electrofisiólogo