¿Qué es la Hipertensión Pulmonar?
Aumento anómalo de la presión media de las arterias pulmonares, con valores mayores a 20 mmhg determinados por cateterismo.
Causas:
- Multifactorial
- Hereditario
- Fármacos
- Toxinas
- Otras enfermedades: esclerosis sistémica, VIH, hipertensión portal, cardiopatía congénita, etc
Síntomas:
- Fatiga o debilidad
- Dificultad oara respirar
- Presión o dolor en el pecho
- Desmayo
- Aumento del tamaño del abdomen
- Hinchazón de tobillos y piernas
Medidas Generales:
- Evitar el embarazo
- Acudir a controles y tomar la medicación
- Vacunarse contra el neumococo, influenza y COVID-19
- Oxígeno suplementario, si el médico lo indica, especialmente si va en avión.
Desde 2002, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 6 de abril se celebra a el Día Mundial de la Actividad Física. Actualmente, a nivel global, la cuarta parte de la población no cumple las recomendaciones mínimas de actividad física: 150 minutos por semana de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física intensa. De hecho, se calcula que el sedentarismo es responsable del 6% del monto global de enfermedad en la cardiopatía coronaria y que corresponde al 9% de mortalidad temprana, siendo un factor de riesgo incluso más importante que el tabaquismo. Se ha evidenciado de forma clara, la repercusión de la falta de actividad física en los sistemas de salud, el medio ambiente, el desarrollo económico, el bienestar de la comunidad y la calidad de vida.
La relación entre la actividad física regular y un menor riesgo cardiovascular nació a partir del clásico estudio de Morris et al., publicado en 1953 en The Lancet, denominado “Coronary heart-disease and physical activity of work”. Los autores compararon la tasa de enfermedad coronaria entre dos poblaciones: los conductores de los autobuses-típicamente sedentarios el 90% del turno- vs. los cobradores de billetes-quienes debían subir constantemente al 2do piso del autobús con un promedio de 600 pasos más al día. A pesar de ser dos grupos de similares características sociodemográficas y con exposición a los mismos factores de riesgo con excepción de la actividad física durante las horas de trabajo del segundo grupo, los cobradores tuvieron menor riesgo de enfermedad cardíaca y la mitad de probabilidad de morir de un ataque cardíaco súbito comparado con los conductores.
Hoy por hoy, la evidencia que demuestra los beneficios de la actividad física regular es extensa y robusta: disminuye el riesgo de muerte prematura, de enfermedad coronaria, de accidente cerebrovascular, de diabetes mellitus tipo 2, de hipertensión arterial, de síndrome metabólico, mejora el perfil lipídico; más alla de la esfera cardiovascular, hay disminución del riesgo de cancer de mama y de colon; es también un potente agente no farmacológico para combatir la ansiedad y la depresión y, a nivel cognitivo se ha observado mejoría en adultos mayores y previene la aparición de demencias.
Profundizando a nivel cardiovascular, la disminución de morbi-mortalidad se debe a la mejoría de la función endotelial, de la disminución de la resistencia a la insulina, de la disminución del tono simpático (por lo tanto de presión arterial y frecuencia cardíaca), del descenso del colesterol LDL, del colesterol total y de los triglicéridos, al aumento del colesterol HDL, la disminución de factores inflamatorios y la mejoría de la homeostasis. Mediante la actividad física regular, nosotros mejoramos nuestro fitness cardiorespratrio, un estudio publicado en la década de los 90s en 13000 individuos, corrobora que un fitnes cardiorespiratorio bajo (<5 mets) medido por prueba ergometrica maxima, con seguimiento a 8 años, se asoció de forma fuerte con incremento de mortalidad, siendo el triple en comparación con individuos con un fitnes cardiorespiratorio alto (>8 mets).
Por lo tanto, en la práctica clínica habitual de todas las especialidades, es imprescindible la prescripción de actividad física regular que debe tener como objetivo alcanzar las recomendaciones de la OMS. Sin embargo, la prescripción inicial y subsecuente se debe adaptar según los principios de: individualización (según las particularidades de cada paciente), regularidad (enfocarse en desarrollar el hábito) , progresión (cambios graduales a medida que hay desarrollo de la tolerancia al esfuerzo) y recuperación (evaluar fatiga y dolor muscular después de cada actividad).
La actividad física cotidiana, va más allá de la práctica de un deporte; conlleva un estilo de vida saludable, evita tiempos prolongados de inactividad, no utilizar el ascensor, caminar en lugar de utilizar medios de transporte para ir a lugares cercanos y procurar hacer pausas activas durante el trabajo; esto ajustándose a las recomendaciones de acumular al menos 150 minutos durante la semana , en sesiones de no menos de 10 minutos.